“No puede impedirse el viento, pero hay que saber construir molinos” – Proverbio holandés

LÁGRIMA ESPIRITUAL

17.04.2014 14:12
Emotional Music - Sacrament of Tears
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Agregado el 25/09/2011
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Dentro de una lágrima podemos encontrar un gran tesoro. En su esencia encontramos un vínculo sagrado con nuestro corazón.

Un llanto sincero es un catalizador eficiente que nos permite escuchar con nitidez los consejos del alma. El llanto muchas veces precede la llegada de la inspiración, esta necesita emerger a la superficie pero se enfrenta a muchos obstáculos auto-creados los cuales son superados con la fidelidad de las lágrimas que logran superar las barricadas, el camino se despeja y la iluminación encuentra tierra fértil para esparcir sus semillas de luz.

Cuando nuestros ojos se humedecen y abren sus compuertas un líquido liberador nos pacífica. Nuestra sensibilidad aflora con elocuencia, el intelecto se ve desplazado por la franqueza del espíritu, el cielo interior nos abraza destronando nuestras creaciones humanas, nuestras barreras se desploman ante el empuje de la luz, las limitaciones huyen con un breve destello de la verdad.

La serenidad precede a la manifestación de la divinidad la cual prospera desde el silencio, si en esos momentos estamos atentos podemos captar el sublime mensaje proveniente de nuestro ser. Desde la paz podemos al unísono ser lo observado y el observador.

Muchos precisamos ser estremecidos para romper con la inercia de nuestras vidas. Vivimos tiempos donde las sacudidas se harán más frecuentes y deben ser interpretadas como bendiciones. Podemos atender nuestros asuntos mundanos sin tener que postergar nuestras necesidades espirituales.

La vida es como una prenda que se va tejiendo con las elecciones que tomamos. Cada paso que damos puede contribuir a edificar esa imagen maravillosa que somos, ese recuerdo añorado que ineludiblemente manifestaremos. Con cada acción nos acercamos o postergamos tal manifestación todo depende de sin son tomadas desde el amor o el temor. Cuando el miedo gana, esa fugaz victoria puede paralizarnos y ante el titubeo muchos son los que buscan refugio en la inacción, es sabio recordar que no decidir es decidir.

Los ojos son las ventanas del alma quien pueda atravesar sus predios sin juicios se sintonizará con los sentimientos más puros de su prójimo quedando sorprendido al descubrir que son el reflejo de su propia alma. Cuando honramos el lugar donde palpita nuestra más alta verdad, honramos al universo entero.

Las lágrimas son una prueba fehaciente de que estamos siendo asistidos, son una respuesta clara a nuestras peticiones de paz y amor, lubrican la vida. Desde esa tristeza mágica puede llegar la compresión que se puede trasformar en entusiasmo generando una ola de optimismo que pudiéramos clasificar como el empuje de la Fe.

Cuando la presión del mundo externo se hace insoportable el volcán interno estalla para auxiliarnos, su lava se asoma de forma inmediata por nuestros ojos recorriendo nuestras sensaciones, tocando con ternura cada rincón. Un baño de misericordia se esparce con devoción, la inquietud perece, el malestar se adormece, las dudas son desplazadas por chispazos de sabiduría. Salpicados por el amor contactamos con nuestra divina presencia y se nos incita a reflexionar.

Nos hemos observado el uno al otro desde la unidad que somos, una mirada abarcadora transita cada dimensión. Nos hemos visto en el abismo y en la cima, a veces comportándonos como sombras y en otras ocasiones como faros de luz.

Hemos estado sumergidos en la más amarga tristeza, en la inexistente absoluta soledad. En esos instantes de intenso agobio nuestros sueños más sagrados parecen proyectos imposibles. Ante la enorme carga compuesta por miles de supuestas evidencias el razonamiento ahoga a la espontaneidad. Nuestras creencias caen raudas por el despeñadero de la desesperanza, nos sentimos indefensos y algunos concluimos que Dios nos ha traicionado, otros se atreven a dudar de su existencia. Mientras todo esto ocurre el cielo responde con una sonrisa comprensiva que contagia de manera invisible nuestros corazones, entonces desde ellos se destila ecuanimidad, una emoción que termina transformándose en las valiosas lágrimas que son un íntimo arroyo de piedad.

El llanto espiritual nos provee de un alivio inmediato.
Una lágrima es una gota de agua saturada de puro sentimiento.
Las lágrimas son amor líquido en expansión.

Cuando nos sumergimos en el salado mar sentimos síntomas inevitables de purificación, nuestra carga emocional desaparece en ese contacto maravilloso. Las lágrimas tienen sabor salado, son gotas auxiliadoras ante cualquier tipo de crisis. No solo lubrican y protegen nuestros ojos también nuestras emociones que buscan constantemente el equilibrio.

Es interesante ver como dos emociones en apariencia antagónicas provocan el mismo efecto. Cuando la tristeza y la alegría se manifiestan con contundencia las lágrimas aparecen. La dicotomía se manifiesta por doquier.

Esa gota que se desliza con ternura por nuestro rostro con intención bondadosa, ese llanto hermoso es una terapia efectiva y divina que siempre nos permitirá salir renovados.

Nuestra alma se expresa a través de los sentimientos, estos son el sublime lenguaje de la Divinidad.
En tu sentimiento más profundo encontrarás tu más sagrada verdad.
Julio C Valdéz

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